Y huir del mundo, el hambre, el tiempo, el yen; Del tren que no va más y mata al pueblo. Del cáncer, del amor que fue, del HIV y de los milicos sueltos. Seguro que con este sol que baja en fuego al boulevard saliste con tus cosas a respirar la tarde, detrás de la canción que te haga levantar y te acompaña a andar por entre los techos.
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