Lo pienso una, dos, tres veces. Doy vueltas, lo vuelvo a pensar, doy tres o cuatro vueltas más hasta que por fin... Todo sigue en el mismo lugar de antes. Lo pienso, pienso su ojos, su cara y me surge la NECESIDAD. Me arrepiento, constantemente. Me culpo, cien veces...cien veces, y hasta podría decir que se me cayó una lágrima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario